miércoles, 14 de septiembre de 2011

Himno de Fe y Alegria

Juntos con valor cantemos,
con viva Fe y Alegría,
porque unidos saciaremos
la sed de verdad y vida.

Pueblo que en tu sangre
llevas las virtudes de la raza,
crece y crea nuevas fuerzas
de trabajo y de esperanza.

Juntos con valor cantemos,
con viva Fe y Alegría,
porque unidos saciaremos
la sed de verdad y vida.

Hombres nuevos de la historia
en la vida forjaremos,
que construyan
cada día en justicia
un mundo nuevo.

Juntos con valor cantemos
con viva Fe y Alegría,
porque unidos saciaremos
la sed de verdad y vida.
(Juan Antonio Espinoza) 

lunes, 16 de mayo de 2011

Textos sobre la lucha de la independencia

1781. 18 de mayo. En la plaza principal del Cusco es ejecutado José Gabriel Condorcanqui. Al rebelde José Gabriel “se le sacó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo, le ataron a las manos y pies cuatro lazos, y asidos estos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: -espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fueren muy fuertes, o el indio (sic) en realidad fuese de fierro, no pudieron absolutamente dividirlo, después de un largo rato lo tuvieron tironeando, de modo que le tenían en el aire, en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, movido de compasión, porque no padeciese más aquel infeliz despachó de la Compañía (desde donde dirigía la ejecución) una orden, mandándole cortase el verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde se le sacaron los brazos y los pies. Esto mismo se ejecutó con la mujer, y a los demás se les sacaron las cabezas para dirigirlas a diversos pueblos. Los cuerpos de (José Gabriel Condorcanqui) y de (su mujer, Micaela Bastidas) se llevaron a Picchu, donde estaba formada una hoguera, en la que fueron arrojados y reducidos a cenizas, las que se arrojaron al aire, y al riachuelo que por allí corre (…).
            El suplicio infinito, que hiela la sangre, tornó la figura legendaria del gran combatiente humanista, en la del más grande mártir de todos los tiempos (…) Amó profundamente a los hombres y se dolió de sus sufrimientos; por eso se alzó, y a su paso no dejó obraje sin hombres libres, ni prisiones con hombres justos. Abolió los repartimientos, la mita y la servidumbre humillante, y conjuró a todos los hombres que habían nacido en estas tierras a que con su esfuerzo se construyeran un país mejor”. (Roel: 368).
1781. 13 de noviembre. Es ejecutado Túpac Catari, en la plaza principal de La Paz, por el delito de buscar     la    libertad de sus hermanos de sangre. Su sentencia condenatoria dice:
            Condeno a Julián Apaza alias “Túpac Catari, en pena ordinaria de muerte y último suplicio y en su conformidad usando de las facultades privativas del Superior Gobierno de Buenos Aires, que me están trasmisas por esta Comandancia General, mando que sacado de la prisión donde se halla arrastrado a la cola de un caballo con una soga de esparto al cuello, una media, corosa o gorreta de cuero, y que a voz de pregonero se publique sus delitos a la plaza de este santuario, en que deberá estar la tropa tendida con las armas de su majestad, y convocarse (a) los indios concurrentes de las provincias, de modo que antes de la ejecución se les explique por mí lo agradable que será ésta a Dios y al Rey como propia de la Justicia y del beneficio y sosiego de ellos mismos, para que así se repare cualquier conturbación y recelo que pueda haber.
            Y que asido por unas cuerdas robustas, sea descuartizado por cuatro caballos que gobernaran los de la provincia de Tucumán, hasta que naturalmente muera y (luego) sea transferida su cabeza a la ciudad de La Paz, para que fijada sobre la horca de la plaza mayor y puesto de Quillquilli, donde tuvo la audacia de fijar la suya y sitiar los pedreros, para batirla bajo de la correspondiente custodia se queme después de tiempo y se arrojen las cenizas al aire. La mano derecha en una picota y con un rótulo correspondiente a su pueblo de Ayo Ayo, después al de Sica Sica, donde se practique lo mismo; la (mano izquierda) al pueblo capital de Abacachi en igual conformidad; para lo mismo la pierna derecha a los Yungas, y cabecera de Chulumani, y la otra (pierna izquierda) al de Caquiabiri de la de Pacajes, para lo propio y por lo respectivo a los bienes que se han hallado y pueden hallar declárese, se deben confiscar para la Cámara sin perjuicio de tercero, y conforme la naturaleza y calidad de sus delitos de infame, aleve, traidor, sedicioso, asesino y hombre feroz y monstruo de la humanidad en sus inclinaciones y costumbres, abominables y horribles, y por esta sentencia definitivamente. Juzgado así, lo pronuncio, mando y firmo, con expresa condenación de costos que se pagarán inmediatamente al actuario. Francisco Thadeo Diez de Medina” (Roel; 370-371).
1783. Entre febrero y abril, es capturado Diego Cristóbal Túpac Amaru, todos sus familiares cercanos y lejanos son apresados, y asesinados, según sentencia que reproducimos:
            Condenamos a Diego Cristóbal Túpac Amaru, a pena de muerte y la justicia que se manda hacer es, que sea sacado de la cárcel donde se halla preso, arrastrado de la cola de una bestia de alabarda, llevando soga de esparto al pescuezo, atados pies y manos, con voz de pregonero que manifieste su delito: siendo conducido en esta forma por las calles públicas al lugar del suplicio, en el que, junto a la horca estará dispuesta una hoguera con sus grandes tenazas, para que allí, a vista del público, sea atenazado y después colgado por el pescuezo, y ahorcado hasta que muera naturalmente, sin que de allí le quite persona alguna sin nuestra licencia, bajo la misma pena: siendo después descuartizado su cuerpo, llevada la cabeza al pueblo de Tungasuca, un brazo a Lauramarca, el otro (brazo) al pueblo de Carabaya; una pierna a Paucartambo, otra (pierna) a Calca, y el resto del cuerpo puesto en una picota en el camino de la Caja del Agua de esta ciudad, quedando confiscados todos sus bienes para la Cámara de su majestad, y sus casas serán arrasadas y saladas, practicándose esta diligencia por el Corregidor de la provincia de Tinta” (Roel 370).
1814. 18 de octubre. La Real Sala del Crimen de Lima condena a Zela, “a diez años de destierro en el presidio del castillo del Morro de La Habana, para que sirva en las obras de su majestad y públicas, a ración y sin sueldo, cumplidos los cuales no pueda volver al reino del Perú, (bajo) pena de la vida”
1815.  17 de mayo. Mateo Pumacahua es ahorcado en el pueblo de Sicuani (Cusco). Se le cortó la cabeza para ser exhibida en la plaza mayor del Cusco; un brazo se envió a Arequipa y el otro quedó en Sicuani, el resto de su cuerpo se echó a la hoguera.

lunes, 9 de mayo de 2011

Elementos del Mapa Conceptual

El mapa conceptual es un organizador visual que nos permite afiansar el aprendizaje.

Elementos del mapa conceptual


a) Concepto.

 Es un sustantivo, es la imagen mental  "de algo". Los conceptos siempre se escribe con letras mayùsculas, dentro del rectangulo o elipse.

b) Flecha de enlace.

Es una linea recta que permite unir dos o mas proposciciones. La flecha de enlace siempre debe de tener una direcciòn como mìnimo.

c) Rectangulo o elipse.

Es una figura gràfica en cuyo interior se escribe el concepto.

d) Proposciciòn.

Es la uniòn de dos conceptos , a traves de la flecha de enlace y las palabras de enlace.  

e) Palabras de enlace.

Sirve para unir dos conceptos. Las palabras de enlace siempre se escribe con letras minùsculas y siempre estaran fuera del rectangulo o elipse.

Ejemplos:


En la oraciòn: El gato come un elefante.

El perro devora un hipopòtamo.

El ratoncito consume un ceviche.

Su casa limpia, el caracol verde.

Es autor de Pacco Yunque, Cesar Vallejo Mendoza, el naciò en Santiago de Chuco.

El caballero de los mares, admirante Miguel Grau Seminario, fallecio en Angamos, el 08 de octubre de 1879.

Francisco Antonio de Zela y Arizaga naciò en Lima en junio de 1768, dirigio un levantamiento armado de tacna de  20 de julio de1811, murio en la prisiòn de chagres a finales de la decada de 1810.


Instrucciones: 

Pinta de color rojo el concepto y con el verde las palabras de enlace y las palabras insignificantes de negro.

Dibuja en tu cuaderno de comprenciòn lectora las oraciones de arriba pero
a traves de un mapa conceptual.








miércoles, 4 de mayo de 2011

a) ¿Quién es el Sargento?

El Sargento era un perro de la genuina familia de los atorrantes, pero de esos atorrantes militares que no tienen dueño ni reconocen más amo que el cuerpo donde han nacido y se han criado.

b) ¿Quiénes son los personajes principales?

El Perro Militar y El Srgento.

c) ¿Quiénes son los personajes secundarios?

Heredia, Borges, Lagos, Ledesma, Carmen.

d) ¿En qué lugares se realiza el cuento?

En el campo de batalla, en el rancho y en el hospital.

e) ¿En qué tiempo se realizo el texto?

En tiempo de practica en el ejercito.

f) ¿Quién es el autor?

Jorge Manuel Fariña Zerboudakis
.

g) Extrae y copia las frases que te han llamado la atención

El día que mataron los indios al cabo Ledesma, fue un día de visible pena para el Sargento.

h) Elabora un mapa conceptual del relato, en tu cuaderno de comprensión

i) Confecciona un dibujo, en tu cuaderno de comprensión, en base al relato de El Sargento.


martes, 3 de mayo de 2011

La Carta Familiar

Tacna,28 de abril de 2011
Querido primo:
       
Primo Eduar te recuerdas cuando yo tenìa 5 años y tu 12 años, cuando tu me llevaste al internet y nos quedamos toda la noche en ese sitiob y cuando llegamos ami casa tu dijiste que yo no queria ir a casa y mis padres me pegaròn y me castigaron.
Te escribo para maldecirte por tu cumpleaño y para desearte que la pases mal y ojala que te regalen muñecas, te deseo todo esto por todo lo que me hiciste cuando yo era niño; me hacias castigar, me pegaban por tu culpa, cuando te iban a pegar mellamabas ami para que yo pelee y siempre quedaba con moretones, el ojo verde y la cara hinchada.Ahora que yo soy grande cuando les cuento todo a mis padres  nos reimos y todo por tu culpa, mentira todo fue una broma.
Ojala la pases bien y todo sea muy bonito y nunca teolvides de los malos momentos que pasamos.Chau.

Atentamente: Elvis A. Arcaya Condori

El Sargento


"No se puede decir que el Sargento era más leal que un perro, porque él no era más que uno de tantos miembros de la familia canina atorrante en el fuerte general Paz.

El Sargento era un perro de la genuina familia de los atorrantes, pero de esos atorrantes militares que no tienen dueño ni reconocen más amo que el cuerpo donde han nacido y se han criado.

Los soldados van desapareciendo por las deserciones, las muertes y las bajas, y otras nuevas plazas van llenando los claros que dejó la ausencia de aquéllos. Pero el perro queda en el cuerpo, compartiendo las fatigas y los peligros con los que lo forman, sin averiguar si son soldados viejos o reclutas de ayer.
Para él todos los soldados son todos iguales, a todos sirve, a todos obedece, y de todos recibe un bocado o un golpe, con la misma conformidad. Recorre todos los fogones como todos los perros de guardia, sin ver en ellos otra cosa que miembros de su regimiento a quienes tiene la obligación de acompañar y proteger. El perro atorrante no sólo es la compañía y el amigo del soldado, sino su protector mismo.

Cuando no hay qué comer y la cosa se hace difícil, él sale a ayudar a los soldados que van a balear el alimento del día, y corre a la liebre, al venado o al piche, hasta traerlo, jadeante y fatigado, y lo pone a los pies del soldado a cuyo lado se sienta, hasta que le dan su ración o se convence de que no le van a dar nada, y en uno como en otro caso, se retira tranquilamente y se acuesta a dormir.
A este género de perros militares y atorrantes pertenecía el Sargento, grado que había alcanzado, desde simple soldado, merced a sus servicios prestados en los diferentes cuerpos que guarnecieron el "Fuerte General Paz".
El Sargento era perro de campamento, y más que de campamento, de la mayoría donde estaba situado el rancho del jefe de la frontera. El había nacido allí, allí se había criado y de allí no había cariño capaz de arrancarlo.

Los regimientos, como los jefes, cambian con frecuencia de residencia, pero el Sargento quedaba allí firme, esperando el nuevo jefe que le deparara la suerte. Cuando más salía a acompañar al regimiento que se ausentaba hasta el primer fortín, donde esperaba al que venía para recibirlo con todos los honores y meneadas de cola del caso. Y acompañaba al nuevo jefe hasta el pobre ranchito enfrente al hospital, como si quisiera enseñarle cuál era su alojamiento allí y dónde podrían hallarlo cada vez que lo necesitaran.El Sargento era un perro de un valor asombroso: no había peligro capaz de arredrarlo, y bastaba una simple amenaza para que acometiera de una manera decisiva.

Su piel renegrida y lustrosa estaba llena de cicatrices tremendas, recibidas todas ellas peleando valientemente contra el enemigo común. El había tomado parte en todos los combates que se habían librado cerca del campamento, y herido casi siempre, se venía al hospital, donde sabía que el cabo de servicio tenía orden de asistirlo como a cualquier soldado del campamento. El Sargento no se movía del hospital hasta no estar bueno, siendo su primera operación ir a visitar al jefe de la frontera como para avisarle que estaba de alta y a su completa disposición.

El Sargento conocía perfectamente todos los toques de corneta. El de oraciones lo escuchaba de pie y con un raro recogimiento. Parecía participar de la languidez que invade el espíritu en aquellas horas grandiosas, y del respeto que le comunicaba aquel toque severo en un silencio tan viril y solemne.
Al toque de silencio y junto con la larga y sentida nota que lo termina, el Sargento lanzaba un aullido triste y prolongado, y se instalaba en su puesto de servicio hasta la siguiente diana.
Al toque de carneada, el Sargento era infaltable en el paraje donde ésta se efectuaba. El ayudaba a voltear las reses y participaba de las achuras con una provisión notable. Pero si el toque de carneada sonaba durante sus horas de servicio, aunque hiciera tres días que no comía, no se movía de su puesto.

Muchas veces el coronel lo había tanteado haciendo tocar carneada después de silencio. Pero por más apremiante que fuese el hambre, no había logrado hacerlo mover de su puesto. Eran sus horas de servicio, y no tenía él qué hacer con el resto del campamento.

Tenía como única excepción de su vida, una amistad decidida por el cabo Ledesma. Esta amistad tenía su origen en un bello rasgo del valiente negro. Un día el Sargento había quedado por muerto en el campo de batalla. Se había peleado más de tres horas sin tregua, y el Sargento, después de tomar parte en lo más recio del combate, había caído a su vez acribillado a lanzadas.
Después de terminada la persecución, el cabo Ledesma tuvo una inspiración: tal vez no esté muerto, dijo, y alzándolo en ancas lo trajo al campamento, asistiéndolo prolijamente en el rancho del sargento Carmen.
Un mes después estaba sanado, gracias a los cuidados que se le habían prodigado, y desde entonces cobró por el cabo Ledesma un cariño que no había demostrado jamás por nadie. Lo visitaba en la cuadra, y cuando estaba de servicio lo acompañaba en el cuerpo de guardia durante el día y hasta el toque de silencio. Después de esa hora ya se sabe que no se movía de su puesto.

En cambio allí solía venir a acompañarlo el cabo Ledesma. Pero entonces sucedía una cosa particular: el perro salía a recibir al soldado a unas ocho varas antes de llegar al alojamiento del jefe. Su cariño y su agradecimiento no llegaban hasta hacerle faltar a la consigna que él mismo se había impuesto: no dejar llegar a nadie hasta aquella puerta sagrada.

El día que mataron los indios al cabo Ledesma, fue un día de visible pena para el Sargento. Se acurrucó allí en el alojamiento del jefe, de donde no se movió en cuatro días, al cabo de los cuales empezó a hacer sus visitas al toldo del sargento Carmen, la madre de Ledesma. Un mes después de este día amargo para todo el regimiento, porque el cabo Ledesma era un leal veterano, no se volvió a ver más durante el día al Sargento. Al toque de silencio se le encontraba firme en su puesto de guardia, y al de carneada era infaltable a recoger las achuras. Pero después de esta hora se perdía hasta el toque de silencio, en que volvía a aparecer.

Nadie se había podido explicar dónde pasaba el día. Intrigados por esto, los soldados decidieron seguirlo, y sin que el Sargento lo notara, se pusieron en su seguimiento, penetrando al fin del misterio de sus ausencias. El noble perro pasaba el día sobre la tumba del cabo Ledesma, que había aprendido siguiendo al Sargento Carmen

Así el Sargento había venido al lado de Heredia, al lado de Borges y al lado de Lagos, sin reconocer en ellos a un amo, sino a un jefe cuyas credenciales no eran otras para él que verlo instalado en el pobre alojamiento donde había nacido. Entonces el Sargento obedecía a la palabra del nuevo jefe, con un raro empeño, y se constituía en su asistente y centinela de más confianza.

Sargento iba a las cuadras de los nuevos soldados, como para reconocerlos y hacer amistad con ellos; pero regresaba al puesto que él mismo se había señalado, sin que hubiera fuerza suficiente que lo arrancara de allí.
A la noche, sobre todo, el Sargento se instalaba delante de la puerta, y después del toque de silencio no permitía que nadie pasara sino a seis u ocho varas de distancia: y pobre el que intentase avanzar a pesar de sus ladridos. Sólo al oficial de guardia, a quien reconocía cuando se recibía del servicio, permitía la entrada al rancho del jefe de la frontera. Después de éste, la entrada estaba vedada para todos.


jueves, 28 de abril de 2011

Cultura Chavín


 Introducción a los estilos Chavín

Chavín es un sitio, una época de historia antigua y un estilo de arte. Al decir un estilo, estamos generalizando mucho; es como decir que hubo un sólo estilo en el Renacimiento. En realidad, se trata de varios estilos o de diversas modalidades de los mismos. Esto ha causado mucha confusión, debido a que se han ido descubriendo poco a poco y de algún modo todos eran considerados como "estilo Chavín". Eso incluyó estilos, como el Cupisnique de los valles de la costa norte, que también eran considerados como una modalidad costeña de Chavín, siendo que son diferentes aunque tengan varios elementos y rasgos comunes, derivados de sus obvias relaciones y coetaneidad.
Chavín es un estilo que se presenta en varias modalidades, no sólo en los diversos lugares donde aparece, casi en todo el norte y centro del Perú, pero también en el mismo centro ceremonial de Chavín de Huántar, donde se halla concentrada la mayor cantidad de obras de arte de ese estilo. Debido a esta concentración y también porque fue el primer lugar donde se identificó, esta forma del arte se llama Chavín. Julio C. Tello fue quien le dio coherencia histórica, aun cuando ya tanto el "Lanzón" como la Estela Raimondi eran conocidas desde el s. XIX y esta última era un símbolo de la antigüedad peruana, traída a Lima en la segunda mitad de ese siglo, para ser expuesta.
El primero en hacer distinciones dentro del estilo Chavín fue Alfred Kroeber, en 1926, cuando separó un estilo "M" ("mayoide") de otro "N" ("nascoide"); el primero referido al Obelisco Tello, que ahora es conocido como estilo Dragoniano, y el otro a la Estela Raimondi, que ahora es parte de un Estilo tardío de la fase EF. Esta secuencia en 4 fases: AB, C, D y EF, fue propuesta en 1962 por John H. Rowe, con una primera definición de las pautas artísticas que le caracterizan. El Obelisco fue ubicado en la fase C, en tanto que las litoesculturas del Pórtico de las Falcónicas se ubica en la fase D; el Lanzón en la fase AB.

 

La arquitectura del templo antiguo

Debido a que recién se ha iniciado la segregación de esta fase, ya que el Templo Nuevo fue construido sobre éste, la identificación del Templo Antiguo está incompleta. En realidad, sólo se ha reconocido el volumen principal -en forma de U y con la imagen de un gran ídolo tallado en piedra que usualmente conocemos como Lanzón en su interior- y un atrio con cornisas y cabezas talladas en piedra en cuyo centro hay una plaza circular hundida a la que erróneamente algunas personas llaman "anfiteatro". De los otros edificios e instalaciones sólo tenemos vestigios e indicios.
De acuerdo con el conjunto de datos disponibles hasta ahora, además del cuerpo central, el templo tiene dos plataformas anexas: una, al norte, próxima al ala izquierda mirando hacia el exterior, llamada Templo Norte o sector D, y otra, al sur, más larga y alejada, llamada sector F. Otros indicativos permiten extender el área del Templo Antiguo hasta el extremo norte del pueblo, en la zona llamada Urabarrio, donde hay una consistente presencia de la cerámica que Richard Burger llamó Urabarrio por esta causa. Allí, Marino González encontró construcciones megalíticas y galerías de estilo Chavín.
El Templo Antiguo sufrió una serie de modificaciones que variaron las formas del proyecto arquitectónico original. De acuerdo a nuestros datos, la plaza circular hundida inscrita en el atrio es parte de una plataforma agregada encima de la primera versión de éste, de la cual sólo tenemos algunos vestigios por confirmar. Esta plataforma agregada, con sus lápidas finamente talladas y grabadas, con sus galerías de las Ofrendas, las Caracolas y el Campamento, corresponde al parecer a la última fase del Templo Antiguo. A este añadido se suman otros en las alas, como uno en la sur, con galerías como la de las Vigas Ornamentales, que tiene dos de estos elementos con figuras grabadas de animales míticos marinos.
Algunas evidencias sueltas, como la de una inmensa columna de roca negra, rota en muchos fragmentos y enterrada, señalan estructuras ahora desconocidas. Esta columna, de casi 1 m de diámetro, presenta figuras grabadas en el viejo estilo Chavín.
El Templo Antiguo contaba con una bella ornamentación. La plaza circular hundida tenía un muro en cuyo frente occidental, donde alumbra el sol naciente, había dos hileras de lápidas grabadas: la inferior, de piedras de distintos colores, con figuras de felinos y la superior con una procesión de personajes que parecen ser músicos y danzantes. En esta plaza circular, en el centro, pudo haber estado el Obelisco Tello.

Introducción a la litoescultura

El arte lítico chavinense no es propiamente escultórico, pese a que existen más de cien esculturas de cabezas monstruosas, humanas, de animales, etc. Se trata en realidad de un manejo de superficies planas, en donde se graban imágenes relacionadas con el culto. Es un arte asociado a la arquitectura, aunque algunas piezas son obviamente independientes de ella, como es el caso del ídolo principal, que si bien está dentro del templo, obviamente fue esculpido con independencia de una función de columna, enchape de muro, viga, cornisa o algo similar; ocurre igual con piezas como el "Obelisco Tello".
La litoescultura o lapidaria chavinense fue y es el paradigma del estilo llamado "Chavín"; lamentablemente hay pocos objetos iguales en otras partes, esto determinó que los términos de comparación con la cerámica u otros materiales, fueran sumamente arbitrarios, de modo que se produjeron muchas interpretaciones confusas y se concedió al estilo una extensión mayor de la que tiene. Eso favoreció a que se construyeran hipótesis tan ambiciosas como la de considerar a Chavín como la "capital" de un imperio, con un ámbito muy vasto de dominio. Todavía hoy, el llamado "Horizonte Temprano", es confundido como la etapa de expansión de la cultura Chavín a nivel pan-peruano.
John H. Rowe (1962), logró hacer una segregación cronológica de las litoesculturas de Chavín, utilizando su asociación con las diversas fases constructivas del centro ceremonial y algunos rasgos estilísticos derivados de la secuencia que él y Lawrence Dawson habían construido para la cerámica Paracas-Ocucaje del valle de Ica.
AB, es la fase más antigua, representada por la Gran Imagen ("Lanzón") que está asociada al viejo templo. Por razones de estilo se le asocia una cornisa donde aparecen unos jaguares y serpientes cuyos atributos se hacen extensivos a la fase.
C, es la fase relativa al "Obelisco Tello", que si bien no tenía probanza directa cuando Rowe hizo el enunciado, gracias a las excavaciones en el "Atrio del Viejo Templo", esta fase se ha confirmado, agregando numerosas lápidas grabadas con personajes antropomorfos y figuras de jaguares parecidas al de la Cornisa AB.
D, la tercera fase, está constituida por un grupo de litoesculturas asociadas al "Pórtico de las Falcónidas", en el Templo Nuevo, entre las que destacan las columnas con imágenes de aves antropomorfas, el dintel-voladizo con falcónidas grabadas y las lápidas del atrio anexo al pórtico.
EF, la última fase, es la que por ahora aun no cuenta con sustento empírico y está representada sobre todo por la "Estela Raimondi", un monumento que representa al "Dios de los Báculos", divinidad muy popular en el sur andino.
Las evidencias disponibles no favorecen una hipótesis expansiva de la cultura Chavín, aun cuando parece ser cada vez más claro que el sitio fue un lugar muy poderoso en su tiempo, pero más bien centro de concentración y convergencia que de difusión. En 1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra, oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que ésta se parecía a la que Max Uhle había hallado en Supe y en Ancón, atribuida a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle de Chicama, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las litoesculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra próxima al río Marañón: Chavín de Huántar.
Luego de la década de 1920 comenzaron a aparecer evidencias de cerámica oscura e incisa en otros lugares de la costa y la sierra del Perú, que fue denominada erróneamente Chavín o chavinoide. Este hecho generó una gran confusión, pues, como se reveló durante la segunda mitad del siglo XX, esta cerámica en realidad se había producido a lo largo de muchos siglos y no había estado necesariamente ligada a Chavín. En la selva del río Ucayali (Tutishcainyo), en Huánuco (Wayra Jirka), en otras zonas de la sierra y en la costa los ejemplos más antiguos tienen estas mismas características. Algunos de ellos fueron establecidos por Tello e incluidos en su complejo Chavín, pero los anteriores a la época de las litoesculturas y de los grandes templos de Chavín de Huántar, no. Estos últimos se conocieron gracias a investigaciones posteriores que se hicieron en muchos lugares de la costa, como Ancón y Guañape, o de la sierra, como Huánuco (Kotosh) y Cajamarca (Pandanche y Huacaloma).
En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo Inferior.
En cuanto a términos de espacio, el afinamiento de los estudios realizados en base a la cerámica ha permitido distinguir diferencias regionales y locales significativas y segregar áreas en las que es reconocible alguna o ninguna vinculación con Chavín.
El primero en reconocer esto fue Rafael Larco Herrera, quien reclamó la necesidad de distinguir el estilo Cupisnique -la cerámica del valle de Chicama que Tello reconocía como "Chavín clásico"- del estilo Chavín. Las investigaciones posteriores fueron dándole la razón a Larco, restringiéndose de esta manera la esfera de influencia de Chavín a los territorios de Ancash, Huánuco y Lima.
Por otro lado, en las regiones de Cajamarca, Lambayeque y Jequetepeque se desarrolló una cerámica similar en algunos aspectos a la de Cupisnique, mientras que en Ica se iba desarrollando la cerámica Paracas, emparentada de alguna manera con la de la sierra de Huancavelica y Ayacucho y la de Chavín. En Apurímac, Cusco y el lago Titicaca las evidencias dan cuenta de una cerámica con rasgos propios claramente diferenciados.
De este modo, la cerámica ligada a las litoesculturas que definen el estilo Chavín quedó restringida a la región centro-norte del Perú y a un período de esplendor que puede fecharse entre los siglos X y IV a. C. Es a esa época, al siglo IX, a la que pertenecen las hermosas piezas encontradas en la Galería de las Ofrendas, donde las modalidades Dragoniana, Qotopukyo y Floral tuvieron tan magnífica presencia.
Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería, donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas diferentes y que había distintos centros de producción que, además, cubrían un "mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.

Cerámica

 En 1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra, oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que ésta se parecía a la que Max Uhle había hallado en Supe y en Ancón, atribuida a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle de Chicama, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las litoesculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra próxima al río Marañón: Chavín de Huántar.
Luego de la década de 1920 comenzaron a aparecer evidencias de cerámica oscura e incisa en otros lugares de la costa y la sierra del Perú, que fue denominada erróneamente Chavín o chavinoide. Este hecho generó una gran confusión, pues, como se reveló durante la segunda mitad del siglo XX, esta cerámica en realidad se había producido a lo largo de muchos siglos y no había estado necesariamente ligada a Chavín. En la selva del río Ucayali (Tutishcainyo), en Huánuco (Wayra Jirka), en otras zonas de la sierra y en la costa los ejemplos más antiguos tienen estas mismas características. Algunos de ellos fueron establecidos por Tello e incluidos en su complejo Chavín, pero los anteriores a la época de las litoesculturas y de los grandes templos de Chavín de Huántar, no. Estos últimos se conocieron gracias a investigaciones posteriores que se hicieron en muchos lugares de la costa, como Ancón y Guañape, o de la sierra, como Huánuco (Kotosh) y Cajamarca (Pandanche y Huacaloma).
En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo Inferior.
En cuanto a términos de espacio, el afinamiento de los estudios realizados en base a la cerámica ha permitido distinguir diferencias regionales y locales significativas y segregar áreas en las que es reconocible alguna o ninguna vinculación con Chavín.
El primero en reconocer esto fue Rafael Larco Herrera, quien reclamó la necesidad de distinguir el estilo Cupisnique -la cerámica del valle de Chicama que Tello reconocía como "Chavín clásico"- del estilo Chavín. Las investigaciones posteriores fueron dándole la razón a Larco, restringiéndose de esta manera la esfera de influencia de Chavín a los territorios de Ancash, Huánuco y Lima.
Por otro lado, en las regiones de Cajamarca, Lambayeque y Jequetepeque se desarrolló una cerámica similar en algunos aspectos a la de Cupisnique, mientras que en Ica se iba desarrollando la cerámica Paracas, emparentada de alguna manera con la de la sierra de Huancavelica y Ayacucho y la de Chavín. En Apurímac, Cusco y el lago Titicaca las evidencias dan cuenta de una cerámica con rasgos propios claramente diferenciados.
De este modo, la cerámica ligada a las litoesculturas que definen el estilo Chavín quedó restringida a la región centro-norte del Perú y a un período de esplendor que puede fecharse entre los siglos X y IV a. C. Es a esa época, al siglo IX, a la que pertenecen las hermosas piezas encontradas en la Galería de las Ofrendas, donde las modalidades Dragoniana, Qotopukyo y Floral tuvieron tan magnífica presencia.
Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería, donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas diferentes y que había distintos centros de producción que, además, cubrían un "mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.

Metalurgia


Chavín representa la época que da inicio al uso de los metales. La producción metalúrgica comienza con el oro y casi simultáneamente con el cobre nativo en sitios ligados a Cupisnique y Chavín, a pesar de que la evidencia más antigua de objetos de oro en los Andes centrales se remonta 1 500 años antes de la era cristiana en la región de Andahuaylas, en la sierra sur del Perú.
A lo largo de toda la etapa Formativa la metalurgia mantuvo una condición ciertamente primitiva utilizando los metales nativos -tanto el oro como el cobre- en su forma natural. Posteriormente el cobre, hallado en forma de rocas, sería convertido en metal mediante procesos de fundición.
El oro y el cobre eran obtenidos en la naturaleza en forma de "pepitas" o pedazos que contenían físicamente sus cualidades de color, dureza y maleabilidad. Lo que hacían los artesanos era convertirlos en láminas mediante el martillado en frío, sin someterlos al fuego. Los dos metales mencionados son lo suficientemente maleables como para que esto ocurra, aun cuando el cobre podía exigir el calentamiento para ser trabajado, lo que llevó a descubrir que el uso del fuego podía permitir una unión más firme entre piezas que estaban originalmente separadas. Existen algunos objetos en los que también se usó plata nativa, como los de Chongoyape, donde se usó la unión de un segmento de este metal con otro de oro para obtener un efecto de color.
Las láminas de metal, martilladas, presionadas, repujadas o trabajadas con instrumentos con punta o filo, eran finalmente convertidas en lienzos sobre los que se grababan o destacaban figuras o diseños de los estilos propios de la época. Estas láminas eran entonces dobladas o unidas con ayuda del fuego o simplemente también del martilleo y así eran convertidas en coronas, orejeras, narigueras, collares, pectorales, cinturones, brazaletes, ajorcas y otros adornos, casi todos dirigidos a ser parte del ornato o del vestir personal. Excepcionalmente se han encontrado piezas que pudieron servir para otros fines, como para inhalar estupefacientes, cubrir cetros y contener bebidas o comidas -pequeños recipientes en forma de vasos o copas-, que cumplían funciones más ornamentales que utilitarias.
Los hallazgos de oro no son frecuentes y casi toda la información disponible se reduce a lotes o piezas aisladas encontrados de manera casual por campesinos o "huaqueros", especialmente en la costa y la sierra norte del Perú. Esto significa que el registro arqueológico propiamente dicho, es decir el realizado por profesionales, es mínimo.
Por otro lado existen muchas piezas falsificadas para su comercialización entre coleccionistas y aficionados, debido a la facilidad con que pueden reproducirse. De todas maneras, los hallazgos más notables son los de Chongoyape y de Kuntur Wasi. Los registrados en el mismo Chavín son muy escasos y apenas consistentes en pequeñas láminas. Sin embargo, algunas piezas de colecciones antiguas indican que éstas "proceden de Chavín", aunque no mencionan el hallazgo. Pero en el valle de Chicama, en las excavaciones que hizo Rafael Larco Hoyle, sí aparecieron algunas piezas de oro, como también en los valles de Jequetepeque, Zaña y Trujillo. Así, se podría decir que el oro estaba asociado principalmente a los cupisniques y a su área de relación.

Machu Picchu


Machu Picchu (del quechua sureño machu pikchu, "Montaña Vieja") es el nombre contemporáneo que se da a una llaqta (antiguo poblado andino inca) de piedra construida principalmente a mediados del siglo XV en el promontorio rocoso que une las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu en la vertiente oriental de los Andes Centrales, al sur del Perú. Su nombre original habría sido Picchu o Picho.[1]
Según documentos de mediados del siglo XVI,[2] Machu Picchu habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec (primer emperador inca, 1438-1470). Sin embargo, algunas de sus mejores construcciones y el evidente carácter ceremonial de la principal vía de acceso a la llaqta demostrarían que ésta fue usada como santuario religioso.[3] Ambos usos, el de palacio y el de santuario, no habrían sido incompatibles. Algunos expertos parecen haber descartado, en cambio, un supuesto carácter militar, por lo que los populares calificativos de "fortaleza" o "ciudadela" podrían haber sido superados.[4]
Machu Picchu es considerada al mismo tiempo una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería.[5] Sus peculiares características arquitectónicas y paisajísticas, y el velo de misterio que ha tejido a su alrededor buena parte de la literatura publicada sobre el sitio, lo han convertido en uno de los destinos turísticos más populares del planeta.[6]
Machu Picchu está en la Lista del Patrimonio de la humanidad de la Unesco desde 1983, como parte de todo un conjunto cultural y ecológico conocido bajo la denominación Santuario histórico de Machu Picchu.
El 7 de julio de 2007 Machu Picchu fue declarada como una de las nuevas maravillas del mundo en una ceremonia realizada en Lisboa, Portugal, luego de la participación de cien millones de votantes del mundo entero.

lunes, 25 de abril de 2011

Historia del Perù


La historia del Perù abarca de manera continua más de 14 milenios de ocupación humana continua. Los primeros grupos humanos habrían llegado hacia fines de la glaciación wisconsiense hacia el XIII milenio a. C. como cazadores-recolectores, cuyos descendientes desarrollarían la horticultura hacia el VIII milenio a. C.. A partir de entonces se dio inicio un escalamiento en la complejidad social y cultural de los pueblos de la región, que dio nacimiento al Antiguo Perú. Hacia el IV milenio a. C., aparecieron en la costa central las primeras sociedades con arquitectura monumental que tejieron una extensa red de comercio vinculando productos de la Amazonía y las costas ecuatorianas. Conformaron la cultura Caral-Supe, desvanecida hacia el 1.800 a. C. mientras daba paso a nuevas poblaciones en la costa al norte y sur, albores del surgimiento de Cupisnique y al posterior fenómeno de Chavín, un importante centro cultural que articuló las sociedades agrícolas de su época hasta el 200 a. C..
Chavín fue sucedida por los primero Estados militarizados de las culturas Moche al norte y Nazca al sur, surgidos en paralelo al ascenso de Tiahuanaco en el Altiplano. Hacia el año 600, surge en la zona de Ayacucho la cultura Huari, cimentada en desarrollo de la andenería para el cultivo del maíz, la cual mostró un desarrollo urbanístico y una notable influencia Nazca y Tiahuanaco. Huari se expandió progresivamente por los Andes al norte hasta Cajamarca. A inicios del II milenio el poder político se fraccionó dando origen varios estados centralistas como Lambayeque y Chimú en el norte y Chincha en el sur. Éste último articuló una vasta red de comercio desde el Ecuador hasta el Altiplano. En 1438, el Imperio incaico inicia su expansión hasta dominar, hacia el siglo XVI, el territorio más extenso en el hemisferio occidental.
En 1532, aconteció la Conquista del Perú, conducida por Francisco Pizarro con apoyo de algunos pueblos disidentes del incanato, sucedida por las guerras civiles entre conquistadores hasta el definitivo establecimiento del Virreinato del Perú en 1572. La llegada de los españoles fue precedida por enfermedades que diezmaron la población. La era colonial significó la introducción de la Iglesia católica y un intenso mestizaje entre españoles, indios y negros trasladados en calidad de esclavos desde África. Durante el siglo XVII, la explotación minera dominó la economía mercantilista del virreinato, especialmente alrededor de Potosí.
La implementación de las agresivas Reformas Borbónicas en el siglo XVIII fomentaron sucesivas rebeliones que desembocaron en la violenta Rebelión de Túpac Amaru II. La invasión francesa en España fomenta las ideas libertarias en el Perú, que declara su Independencia en 1821 y la consolida en 1824 con apoyo de los movimientos libertadores del sur y del norte.
Tradicionalmente, la historia peruana ha sido dividida en las épocas Precolombina, Colonial (a partir de la Conquista) y Republicana (tras la Independencia).